Cómo contar historias aterradoras

 Cuentos de Terror para Noches Emocionantes!

¡Hola a todos, bienvenidos! Hoy les traigo unos consejos de cómo contar cuentos o historias de terror. Les mostraré cómo contar cuentos de terror que podrán disfrutar tanto niños como adultos. Así que prepárense para una noche llena de suspenso y misterio.

Aprenderemos cómo contar cuentos de terror de una manera que mantendrá a todos enganchados. Pueden ser desde los clásicos cuentos de Edgar Allan Poe hasta las terroríficas leyendas urbanas, exploraremos las historias más aterradoras y les daré algunos consejos para contarlas de una manera que realmente asuste. ¿Están listos para conocer los secretos para contar historias que mantendrán a todos al borde de su asiento? ¡Entonces acompáñenme y no se pierdan ni un segundo de este escalofriante viaje!

Sección 1: Idear una historia

Imagina estar sentado alrededor de una fogata, rodeado de tus amigos, con el viento soplando y el ambiente lleno de misterio. La primera parte para contar un cuento de terror efectivo es idear una historia que sea aterradora. Una excelente manera de comenzar es leer algunas historias clásicas de miedo para inspirarte. Dirígete a la biblioteca o busca en línea las historias más aterradoras que puedas encontrar. Elige entre 3 y 5 que tengan el potencial para asustar y léelas todas. Considera la forma en que puedes apropiarte de ellas dándoles tu propio giro.

Visual: Imágenes de libros de cuentos de terror clásicos y una persona leyendo en una biblioteca.

Sección 2: Desarrollar suspenso

El suspenso es la clave para contar una historia de terror efectiva. A medida que vayas contando la historia, asegúrate de desarrollar el suspenso de manera gradual. Comienza lentamente, estableciendo el escenario y describiendo los detalles que harán que la historia sea aún más aterradora. Juega con el tono y el ritmo de tu voz para crear una atmósfera escalofriante. Utiliza pausas estratégicas para mantener a tu audiencia en suspenso y añade efectos de sonido para intensificar la experiencia. Recuerda, el objetivo es hacer que tu público se ponga nervioso y se pregunte qué sucederá a continuación.

Visual: Imágenes de sombras y luces tenebrosas que crean una atmósfera de suspenso.

Sección 3: Asustar al público

El momento más emocionante ha llegado, es hora de asustar a tu público. Utiliza tu voz y tus gestos para crear tensión y terror. Ponte en el papel de los personajes de la historia y da vida a sus emociones. Haz que tu público se sienta parte de la historia y crea momentos impactantes que los dejarán sin aliento. Recuerda mantener el equilibrio entre el miedo y la diversión, ya que al final todos estamos aquí para disfrutar de una buena historia de terror.

Visual: Imágenes de personas asustadas y asombradas mientras escuchan la historia.

La mejor forma de contar cuentos de terror involucra varios elementos para generar una experiencia impactante:

  1. Ambiente Oscuro y Apropiado: Escoge un lugar y momento que añada a la atmósfera tenebrosa. Luz tenue y silencio ayudan.
  2. Pausas Estratégicas: Emplea pausas para generar tensión, permitiendo que la imaginación de los oyentes trabaje.
  3. Voz y Tono: Modula tu voz. Variar el tono, ritmo y volumen intensifica el impacto emocional.
  4. Descripciones Vívidas: Detalles vívidos y sensoriales sobre el entorno, personajes y eventos aumentan la inmersión.
  5. Poco Revelado al Principio: Mantén la incertidumbre inicial, desvelando poco a poco el horror.
  6. Desarrollo de Personajes: Crea personajes realistas y conecta emocionalmente con el público.
  7. Climax Aterrador: Construye hacia un momento álgido de miedo o revelación.
  8. Twist Impactante: Un giro inesperado al final puede sorprender y asustar.
  9. Uso de Silencio: A veces, el silencio y la anticipación son más efectivos que las palabras.
  10. Interacción y Participación: Invita a los oyentes a imaginar detalles o participar en la historia.
  11. Conexión Personal: Relata experiencias personales o anécdotas reales para aumentar el impacto.
  12. Final Impactante: Deja una sensación duradera, incluso después de que termine la historia.

Recuerda que la práctica perfecciona estas técnicas. Adapta tu estilo a tu audiencia y usa la narración para generar emociones intensas y memorables.

¡Y ahí lo tienen, queridos amigos, los secretos para contar cuentos de terror que mantendrán a todos al borde de su asiento! Ahora es tu turno de poner en práctica todo lo que has aprendido y disfrutar de emocionantes noches de terror junto a tus amigos y familiares.

Los mejores cuenta cuentos en la historia

Los siguientes individuos son considerados algunos de los mejores cuentacuentos de la historia debido a su habilidad para cautivar a sus audiencias a través de la narración oral:



Scheherazade:
Un personaje de "Las mil y una noches", quien usó sus habilidades narrativas para contar historias fascinantes y evitar su propia ejecución.



Homer: El antiguo poeta griego es conocido por sus epopeyas "La Ilíada" y "La Odisea", que son ejemplos fundamentales de narración oral en la antigua Grecia.



Chaucer: Geoffrey Chaucer, autor de "Los cuentos de Canterbury", una colección de historias contadas por peregrinos que viajan juntos.



Grimm Brothers: Jacob y Wilhelm Grimm recopilaron y publicaron cuentos populares alemanes en "Cuentos de la infancia y del hogar", estableciendo la base para muchos cuentos de hadas populares.


Mark Twain
: El autor estadounidense es conocido por sus historias humorísticas y sus capacidades como narrador.


Garrison Keillor: Famoso por su programa de radio "A Prairie Home Companion", donde presentaba historias y anécdotas en un tono relajado.



Alan Garner
: Escritor y cuentacuentos británico, conocido por sus relatos inspirados en la mitología y la historia.


Omar Khayyam
: Matemático y poeta persa cuyas historias y poesía han sido transmitidas a lo largo de los siglos.


African Griots
: Los griots de África Occidental han sido guardianes de la historia oral y tradición durante generaciones.

Estos son algunos personajes que han dejado una marca duradera en la narración oral y la literatura, influyendo en cómo contamos historias y transmitimos conocimientos a lo largo del tiempo.

Ejemplo de historia de terror

Una noche oscura, oscura, oscura...

Cuento escrito por el autor de este blog

Era una de esas noche oscura, oscura, oscura, pero ayúdenme a decir oscura, oscurísima, solo las estrellas titilantes pegadas en la bóveda celestial me permitían medio ver una figura que parecía ser humana, se movía lentamente, como meciéndose por el viento que de vez en cuando soplaba zarandeando las ramas de los árboles, la figura estaba debajo de uno de los palos de mandarina que formaban una larga hilera, ahí estaba sin ir a ningún lado, a veces parecía agacharse, a veces parecía danzar. Me preguntaba quién o qué podría ser aquello.

Me agarró la noche por más que aligeré el paso, pero ya estoy cerca de llegar a mi destino. Me detuve, sentí miedo, ese fulano estaba justamente a la orilla del sendero por el que iba caminando, empuñé con fuerza mi machete, di unos cuantos pasos más y grité preguntando: ¿QUIÉN ANDA POR AHÍ? 

La misteriosa figura parecía que me volteaba a ver, pero nada de responderme, ¿Eres tú Antonio? Pregunté creyendo que se trataba de mi compadre, pues estaba pasando por sus terrenos, pero seguía sin responder, di otros pasos haciendo ruido con el machete rozándolo contra la tierra pedregosa para que el hombre pudiera saber que voy armado y dispuesto a defenderme de cualquier malhechor. Me esforzaba en adivinar si realmente se trataba de alguien, diez metros, siete, mi corazón parecía un tambor redoblando al ritmo del pánico que sentía, mi frente sudaba, todo mi cuerpo estaba helado, me detuve nuevamente; mis rodillas me falseaban, todavía veía a una figura indeterminada, me paralicé al ver, en lo que parecía su cabeza, centellar dos diminutas lucecitas, ¡sus ojos! ¿Son sus ojos? Me preguntaba, quería gritar, pero no me salía ni un sonido de mi gaznate. Temblaba de miedo; pues había escuchado que en ese mismo punto, a la Ramona le había salido un espanto, ¿será el mismo? Me preguntaba.

Comencé a rezar y a bajar a todos los santos del cielo, me llené de valor y al fin pude pronunciar, aunque con voz temblorosa, palabras fuertes reprimiendo a espíritus malignos y hasta del propio Satán, comencé a creer que mi machete para nada me serviría; lo que necesitaba era un crucifijo, pues no hay arma más poderosa para estos casos, que llevar la imagen de Jesús y hasta agua bendita si es posible, eso y por supuesto la fe y la firme creencia en Dios, en Jesucristo y su misericordia, en los ángeles del cielo y todo las fuerzas divinas: “Si Dios está conmigo, quien contra mí,” pensaba y repensaba.

Encomendé mi alma al Creador y me dispuse enfrentar a la bestia, ¿o será mejor huir? Que digan que Juan aquí huyó y no que aquí murió, pero ¿Dónde quedaría la gloria? ¿Mi gloria? Cualquier verdadero hombre estaría dispuesto a ser recordado como un valiente y no como un cobarde, pero quiero vivir, tengo una familia que me espera y dependen de mí, ¡que se friegue la gloria!, Retrocederé y tomaré otro camino, aunque llegue más tarde es mejor llegar bien, como dice el dicho “tarde pero seguro”. Pero ¡que jodido!; Vuelve a mi mente eso de ser macho, ¿Dónde quedan mis cojones?, ¿Y mi fe?, ¿Y mi Dios? No hay marcha atrás, ahí voy ¿QUIÉN ERES? A un metro de distancia caminando de prisa, dispuesto a machetear al susodicho que no se quería identificar, pude saber de una vez por todas de lo que se trataba. 

No era ningún fulano, ni diablo ni cosa que se le parezca, era… ¡vaya! Con que alivio hoy lo digo y le cuento querido lector; era nada más y nada menos que una vieja camisa y un sombrero colgados en una de las ramas bajas del árbol que se mecían por el viento, abajo estaba un arbusto que completaban la figura de la que tanto me había asustado, no sé si fue por molestar que pusieron eso ahí, o si a alguien se le olvido llevar su vestimenta de trabajo, lo único que sí sé, es que llegué sano y salvo a mi rancho, gracias a mi Dios que no me desampara. Esas son las cosas que pasan por la poca visión en una noche oscura, oscura, oscura.

¡Ah!, ¿y las dos lucecitas? Pues eso no lo sé, y nunca lo supe, posiblemente fueron las dos únicas quiebraplatas (luciérnagas) que andaban por el lugar, o lo más probable es que fue otra cosa más producto de mi fértil imaginación.

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Consejo: Enfrenta tus temores y se te revelará la verdad.



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