Memorias de un soldado

Nicaragua y la Guardia Nacional: 1928-1979

Memorias de un gran soldado con una actitud diferente a otros miembros pertenecientes a la Guardia Nacional, la que se combatiría en el el ejército personal de Anastasio Somosa Debayle. 

No voy a escribir la historia de mi país que es Nicaragua. Ésta deben escribirla los historiadores, yo únicamente soy uno de los tantos protagonistas de ella; o mejor dicho fui parte de ella, y quisiera contar en forma modesta, para que algunos acontecimientos ocurridos lleguen al conocimiento de mis compatriotas. Desde joven, como miembro de las fuerzas armadas, participé y fui testigo de muchos acontecimientos importantes en la vida del país. Pero como militar que fui, me puedo sentir orgulloso de haber cumplido mi deber, siempre poniendo por delante el respeto y la integridad de mis conciudadanos. Al retirarme del Ejército, sentí gran satisfacción de no haber participado en actos de corrupción económica, como lo hicieron otros oficiales, que se enriquecieron ilícitamente y que, además, fui muy afortunado en el cumplimiento de mis deberes sin manchar mis manos de sangre por crímenes políticos.

El autor.

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Memorias de un Soldado es el testimonio de un militar que sirvió a su país —desde soldado raso hasta coronel— y escribió esta obra, con sinceridad y patriotismo, para ofrecernos su punto de vista sobre su actuación y la de la institución a la cual perteneció desde 1928 hasta 1979.
Apareció la primera edición de este libro, y ahora la segunda, cuando su autor ya había fallecido porque la actitud de éste no era la de polemizar ni la de buscar más gloria que aquella que edificó en silencio y nos legó como su testamento: la superación personal es posible y se debe luchar por alcanzarla; la virtud depende de nuestras convicciones a pesar de las circunstancias desfavorables; la honradez vale más si se demuestra con hechos de la propia actuación; sólo quien respeta y ama a su familia sabe luchar por sus conciudadanos.

Francisco Arellano Oviedo


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PRÓLOGO


Lo que vuelve atractiva en su género esta biografía, es su estilo sencillo y transparente. Son memorias de un soldado raso que llegó a ser coronel por sus méritos, atravesando, sin mancharse, el pantano de una institución corrupta... Por ello, el principal mérito del Coronel Francisco Boza es haber preservado, no sólo su vocación de militar honesto y eficiente, durante casi cincuenta años que duró su carrera en la Guardia Nacional, sino haber sujetado su comportamiento a los valores éticos transmitidos por sus padres... Esta obra contribuye además a la historia de la Guardia, a la cual perteneció el autor desde que se fundó, participando en su desarrollo, hasta verla convertida, a su pesar, en un instrumento incondicional de la dinastía Somoza.

Además, esta historia personal describe con acuciosidad episodios significativos de Nicaragua acaecidos en ese medio siglo. En algunos de ellos, el Coronel Boza fue protagonista, testigo presencial o simple cronista. Nos referimos a hechos importantes como el papel de los marinos norteamericanos, como fuerza de ocupación en nuestro país (1910-1932); los conatos de alzamientos habidos en el seno de la Guardia, durante los primeros años de creada (Sargento Larios, Abelardo Cuadra, Gabriel Castillo); lo mismo que las minuciosas crónicas extraídas de un diario personal que llevó siempre; el intercambio de fuego de las patrullas de aquellos bisoños cadetes de la flamante Academia Militar, con las fogueadas guerrillas del General Sandino; los terremotos habidos en Managua (1931, 1972); las ambiciones del nuevo Jefe Director del Ejército; el asesinato de Sandino, el derrocamiento del Presidente Sacasa; los pactos políticos; la asonada del 4 de abril de 1954; el ajusticiamiento del dictador; la instauración de la dinastía, la invasión de Olama y Mollejones; la huida oprobiosa de Anastasio Somoza Debayle; el triunfo de la revolución encabezada por el FSLN, etc.

La pregunta que se hace el lector es, ¿cómo pudo el Coronel Francisco Boza sostener su conducta militar sin tacha, dominando las tentaciones que sin duda le brindaba su contorno? Nosotros creemos que sólo pudo lograrlo una personalidad como la suya, de firmes convicciones morales, fiel a su carrera militar, sin ambiciones de poder ni de dinero mal habido y defendido por un temperamento cauteloso, hábil para calcular los riesgos... En todo caso, el prestigio del Coronel Boza trascendía más allá de su posición castrense; pues en dos ocasiones recibió propuestas de los adversarios de Somoza para incorporarse a sus filas; invitaciones que rechazó, sin revelar nunca a su jefe los contactos habidos.

El colofón de este libro comprueba la excelente opinión que siempre se tuvo a todos los niveles del Coronel Boza... ello quedó demostrado cuando ya retirado del Ejército, las autoridades de la revolución sandinista, que no podían ser más enemigas de la Guardia Nacional, le pidieron continuar desempeñando el cargo de Tesorero de la Junta Nacional de Asistencia Social, después de que le hicieron una minuciosa auditoría de la que salió sin ningún reparo.

Podemos, entonces, concluir que los juicios sobre personas que pertenecieron o pertenecen a cualquiera discutida agrupación, sea religiosa, partido político, etnia o clase social, no son justos si se aplican globalmente, pues siempre habrá excepciones que confirmen la regla, como la trayectoria del Coronel Francisco Boza quien en este ameno libro nos describe su honradez.

Emilio Álvarez Montalván

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